Lo más lógico y normal es que hoy el Barcelona estuviese a siete puntos del liderato de la Liga. O como poco, a seis. Pero en San Sebastián ganó un partido que parecía que estaba condenado a perder y sigue a cuatro. El empate a cero ya parecía un regalo excesivo para los blaugrana cuando apareció la cabeza de Araújo por encima de todas y remató a la red. Donde no llega el Barça de Xavi con juego, talento e ideas claras, le sirve, puntualmente, con una fe inquebrantable. Hasta en algunos partidos mediocres, como el de Anoeta, puede encontrar una salida.

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