Xavi Hernández ganó la Champions en París con Edmílson de guardaespaldas en 2006 y después, en 2008, se proclamó campeón de la Eurocopa con Marcos Senna haciendo de stopper para que los interiores de Luis Aragonés diesen rienda suelta a su creatividad. Hacía tiempo que el técnico del Barcelona barruntaba la posibilidad de instalar a un central de buena salida –tiene overbooking en la posición– como mediocentro posicional para que el equipo no se partiese y fuese más sólido sin balón.