Tras firmar una sufrida clasificación para semifinales, el Barça tuvo que esperar hasta pasadas las once de la noche para conocer a su rival. Cuando más de uno apostaba por el Unicaja, surgió el Tenerife para dar la campanada y citarse con los de Grimau. Aunque los precedentes son favorables a los azulgrana, que se han impuesto en los dos duelos ligueros de la temporada (94-83 y 90-83), a nadie se le escapa que el equipo de Vidorreta es capaz de plantear todos los problemas del mundo  cualquier rival.

Seguir leyendo…