El pasado verano, dos días antes de que terminara el mercado de fichajes, Deco fue hasta S’Agaró para reunirse con Xavi Hernández en el domicilio familiar del ya extécnico. Ese día el director deportivo le dijo que el club no podría fichar a Bernardo Silva, el gran deseado de Xavi. No había sido posible llegar a un acuerdo con los inversores por la palanca de Barça Vision y no había margen para inscribir al futbolista del City que deseaba cambiar de aires, de Manchester a Barcelona.