La vida de Nico Wi­lliams y la de su hermano mayor, Iñaki, está atravesada por un viaje que sus padres emprendieron hace ahora 30 años. Una travesía desgarradora entre Ghana, en el golfo de Guinea, y Melilla, para aterrizar en Bilbao. Allí, primero en la capital vizcaína y después en Navarra, la solidaridad de un grupo de personas comprometidas les permitió iniciar una nueva vida, no sin extremas dificultades. Después, las cualidades de Iñaki para el fútbol, primero, y las del propio Nico, después, volvieron a cambiar su historia. Un viaje, algunos hombres y mujeres buenos y un don para el fútbol.

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