Faltó bien poco, ciertamente. Puede, incluso, que en el conjunto de la eliminatoria el Barça fuera algo superior al Manchester, pero la única posibilidad de redención que les quedaba a Rijkaard y a su ocioso grupo de pecadores era ganar la Champions y la perdieron. Adiós, muchas gracias, cuánto se debe y cuando pasen por Barcelona no se olviden de visitarnos. La historia, no lo duden, les absolverá.