Desde la llegada de Manolo González al banquillo del Espanyol el resultado más repetido, y por una holgada diferencia, es el empate sin goles. El técnico logró terminar con los problemas defensivos de un equipo que incluso en segunda división sufría para no encajar. Pero por el camino, el equipo perdió la capacidad ofensiva que había gozado en los últimos tiempos. En esta pretemporada todo sigue igual. En tres partidos, una victoria por la mínima y dos empates sin goles, el último, frente al Toulouse francés.

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