Se cayó la líder del Tour femenino y perdió el maillot amarillo. Nunca es plato de buen gusto ceder la preciada prenda así, por un accidente, por irse al suelo. Pero es que además la gestión que hizo el equipo de la líder y vigente campeona de la carrera en ese final de etapa fue muy desconcertante. La neerlandesa Demi Vollering, además de adolorida, puede estar también cabreada.