Carlo Ancelotti anda preocupado. Lo que está viendo no le está gustando y va más allá de los dos empates concedidos por el Real Madrid en tres jornadas, lo que le deja a cuatro puntos del líder, el Barça. El italiano, de común contemporizador y más bombero que pirómano, ha levantado la voz. Entiende que una advertencia a tiempo vale por dos y que a estas alturas de temporada es lo que debe hacer antes que ciertos defectos se cronifiquen. Se las prometía el madridismo muy felices. Campeón inabordable de la Liga y de la Champions, con la guinda del deseado Mbappé y con la Supercopa de Europa también en el zurrón, la Liga tenía que venir a demostrar su favoritismo absoluto. Con permiso de un reforzado Atlético y de un Barça con sus cuitas económicas el Madrid partía como el candidato número 1 sin ninguna duda. Pero, de momento, no ha alzado el vuelo en el campeonato.

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