Como un soplo de aire fresco en pleno agosto, la final de la Supercopa emerge en pleno desierto árabe como bálsamo durante unas horas ante el interés, primero, y la controversia, después, que ha generado la decisión del Consejo Superior de Deportes (CSD) de devolver cautelarmente la licencia a Dani Olmo y Pau Víctor para que puedan ejercer su profesión.