Lo que atrae de Groenlandia a Donald Trump son el litio, la fluorita, el niobio, el tantalio, el hafnio y el circonio, minerales muy importantes para la transición ecológica en curso. También los yacimientos de gas y petróleo, más accesibles conforme se acelera el deshielo. Y el control de las rutas comerciales del Ártico. En cambio, el fútbol no le interesa para nada.