Pocas veces ves a un equipo jugar tan bien, a pesar de que puedas perder por accidentes, la competitividad y el nivel del rival. Entendiendo que jugar bien no solo es ser brillante, no solo es ser certero. El mejor equipo posible es aquel que hace todo lo necesario para que todo vaya a su favor. Y eso es lo que hizo ayer el Benfica. Dos penaltis y un autogol no deben nunca empañar el juego de un equipo.