Otro Alcaraz transitó por Turín. De hecho el Alcaraz más genuino. Poco que ver con el jugador errático, desanimado y resfriado que perdió en su debut en las ATP Finals contra Casper Ruud. El murciano, con una tirita rosa en la nariz para respirar mejor, reaccionó, dio buena cuenta del ruso Andrei Rublev, al que superó por 6-3 y 7-6 (8) en 1 hora y 35 minutos, y se jugará mañana ante Alexander Zverev su presencia en las semifinales del torneo de maestros.

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